Silvia Díez y Miguel Gutiérrez respectivamente, nos ofrecen dos bonitos cuentos para trabajar las reglas de ortografía. Espero que disfrutéis con su lectura y que aprendáis mucho también
LOCURA EN LA CIUDAD DE LA ORTOGRAFÍA
La ciudad de
“La Ortografía” es una ciudad bonita y tranquila que se divide en “El poblado
de las vocales abiertas”, el de las cerradas, el de los diptongos, el de los
triptongos y el de los hiatos. Un día en la plaza de “La tilde” un diptongo
llamado “Héroe”, se encontró con un hiato, mejor dicho una hiata, la señora
“Violín”. Tuvieron una gran discusión.
-Los
diptongos sois inútiles, solo os acentuáis cuando-. Dijo la señora Violín, y
añadió-Tú y tus hijos sois patéticos, ridículos e ignorantes, siempre
metiéndoos con mi hijo, “Triángulo” siempre viene del colegio diciendo que
Ignacio, Luciérnaga, Huéspedes, Sociable, Maniático y Mueca se han metido con
su nombre, y no son los más indicados.
-Oye, oye,
para el carro-Respondió Héroe
-¡Que el
diablo te acompañe! ¡Llamaré a mis amigos los hiatos!-Respondió Violín
Y así es
como comenzó la guerra. Los hiatos invadieron el poblado de los diptongos.
-¡Muerde el
polvo, cara culo!-decía uno
-¡Cierra el
pico so asqueroso!- decía otro
Y así hasta
que el señor Héroe decidió encararse con la señora Violín para que dejara en
paz a su poblado.
-Deja ya
esto señora Violín, es una estupidez- dijo
-Calla
musculitos- respondió la señora Violín
-Los
diptongos no somos inútiles, y nos acentuamos en la vocal abierta o en la
segunda vocal y vosotros los hiatos os acentuáis de acuerdo con las reglas
generales de acentuación o siempre sobre la vocal cerrada tónica. Si te vas a
meter con alguien hazlo con clase y orgullo ¡ah! Y no te olvides de cuando se
acentúan, como yo, que te estoy cerrando la boquita con las tres cosas que se
necesitan-estalló de pronto Héroe.
-Por cierto
no te metas con mis músculos, que es mejor que parecer el monstruo del
maquillaje-terminó Héroe
La señora
Violín se quedó sin palabras y así acabó ó la guerra, con clase y orgullo,
(para los diptongos, claro).